Invertir ya no es cosa de grandes fortunas. Hoy, gracias a la tecnología, cualquiera puede empezar a hacer crecer su dinero desde cero, sin necesidad de miles de euros ni de un título en economía. En 2025, existen más herramientas que nunca para dar los primeros pasos en el mundo de las inversiones, incluso con presupuestos modestos. En este artículo te mostraré cómo empezar a invertir con poco dinero, qué opciones existen, y cómo podrían rendir tus ahorros a cinco años vista.
1. Cambia tu mentalidad: de ahorrador a inversor
El primer paso no es abrir una cuenta ni descargar una app, sino cambiar la forma en la que ves tu dinero. Ahorrar es importante, pero el ahorro sin inversión pierde poder adquisitivo por la inflación. Si en 2020 guardaste 1.000 € en una cuenta corriente, en 2025 ese dinero vale menos debido al aumento de precios.
Invertir, por el contrario, permite que el dinero trabaje para ti. No se trata de hacerse rico de la noche a la mañana, sino de poner tu dinero a producir poco a poco, aprovechando el interés compuesto: las ganancias que generan más ganancias con el tiempo.
2. Define tus objetivos y tu perfil de riesgo
Antes de invertir, debes preguntarte tres cosas:
- ¿Para qué invierto? (por ejemplo, para un coche, la jubilación o la entrada de una casa).
- ¿En cuánto tiempo quiero usar ese dinero?
- ¿Qué nivel de riesgo puedo asumir?
Si tu objetivo es a corto plazo (menos de 3 años), conviene mantenerte en opciones conservadoras. Si es a largo plazo (más de 5 años), puedes optar por instrumentos con más rentabilidad y algo más de riesgo, como los fondos indexados o ETFs.

3. Fondos indexados: invertir sin complicaciones
Los fondos indexados son una de las formas más sencillas y seguras de empezar a invertir. En lugar de intentar “adivinar” qué acción subirá, un fondo indexado replica automáticamente el comportamiento de un índice como el S&P 500 (EE. UU.) o el MSCI World (global). Esto significa que, con una sola inversión, estás comprando una pequeña parte de cientos o miles de empresas.
Ventajas:
- Costes muy bajos (comisiones desde 0,1 % anual).
- Diversificación automática.
- Ideal para inversión a largo plazo.
Ejemplo práctico:
Si inviertes 50 € al mes en un fondo indexado al MSCI World con una rentabilidad media del 7 % anual, al cabo de 5 años habrás aportado 3.000 €, pero tu capital final sería de aproximadamente 3.500 €. No parece mucho, pero recuerda que el interés compuesto se acelera con el tiempo: a 10 años, esa cifra podría duplicarse fácilmente.
Dónde invertir:
Plataformas como Indexa Capital, MyInvestor, Finizens o InbestMe permiten abrir una cuenta en minutos, responder un test de riesgo y empezar con aportaciones desde 10 € o 50 €.
4. ETFs fraccionados: el poder de la flexibilidad
Los ETFs (Exchange Traded Funds) funcionan de forma similar a los fondos indexados, pero se compran y venden en bolsa como una acción. En 2025, muchas plataformas permiten comprar fracciones de ETF, lo que significa que no necesitas cientos de euros para invertir.
Por ejemplo, el ETF iShares Core S&P 500 (CSPX) puede costar más de 400 € por unidad, pero en apps como Trade Republic, Scalable Capital o Revolut, puedes invertir desde 1 €, comprando solo una fracción.
Simulación:
Supón que inviertes 20 € al mes en un ETF del S&P 500, con una rentabilidad media del 8 % anual. Tras 5 años, tendrías unos 1.470 €, habiendo aportado 1.200 €. No te hará millonario, pero estarías venciendo la inflación y aprendiendo a moverte en los mercados.
Consejo: los ETFs fraccionados son perfectos para experimentar y entender cómo funcionan los mercados sin arriesgar grandes cantidades.
5. Microinversiones: invertir el cambio suelto
Las apps de microinversión están diseñadas para quienes creen que “no les da el dinero para invertir”. Funcionan redondeando tus compras y destinando los céntimos sobrantes a una cartera de inversión automatizada.
Por ejemplo, si compras un café por 2,60 €, la app redondea a 3 € e invierte los 0,40 € restantes. En un mes podrías haber invertido 10 o 15 € sin darte cuenta.
Algunas apps populares en 2025:
- Goin (España)
- Aplázame Inversión
- Revolut (con su función de “Vaults”)
- Monzo o Plum (en Reino Unido y Europa)
Ventajas:
- Sin esfuerzo ni conocimientos previos.
- Ideal para crear el hábito de invertir.
- Algunas ofrecen recompensas o intereses adicionales.
Simulación:
Si inviertes una media de 20 € al mes en microinversiones con un rendimiento del 6 % anual, en 5 años habrás acumulado 1.380 €. Puede parecer poco, pero recuerda: lo importante es empezar.
6. Crea tu estrategia: constancia antes que cantidad
La clave para invertir con poco dinero no está en cuánto inviertes, sino en cuán constante eres. Invertir 50 € cada mes durante 5 años produce más resultados que invertir 600 € una sola vez y olvidarte.
Este método se llama “Dollar-Cost Averaging” o promedio de coste: inviertes una cantidad fija periódicamente, comprando más cuando el mercado baja y menos cuando sube. Así reduces el riesgo de entrar “en el peor momento”.
Un hábito sostenible, como invertir un pequeño porcentaje de tu salario, puede tener un efecto enorme a largo plazo. Imagina que inviertes 100 € al mes durante 20 años al 7 % anual: acabarías con más de 50.000 €, habiendo aportado solo 24.000 €.

7. Educación y paciencia: tus mejores inversiones
Invertir con poco dinero en 2025 es más fácil que nunca, pero eso no significa que sea un camino sin altibajos. Los mercados suben y bajan, y la tentación de retirar tu dinero en las caídas puede jugarte una mala pasada.
Por eso, el conocimiento es tu mejor aliado. Dedica tiempo a leer blogs financieros, seguir podcasts especializados o hacer cursos básicos de inversión. Cuanto más entiendas el mercado, más seguro te sentirás para tomar decisiones.
Conclusión: hoy es el mejor día para empezar
No necesitas miles de euros, ni experiencia, ni suerte. Solo necesitas dar el primer paso. Empieza con lo que tengas: 10, 20 o 50 € al mes. El poder del interés compuesto y la constancia harán el resto.
En 2025, las oportunidades para invertir están literalmente en tu bolsillo: una app, una transferencia y la decisión de empezar. Dentro de cinco años, te alegrarás de haberlo hecho hoy.
